sábado, 25 de enero de 2014

 
 
Puente de Palmas
sobre el Guadiana te yergues
-Puente Viejo-
que decían los ancestros.

Aquél  que, en el pretérito,
eras  alfombra diaria
que  resguardabas mis pasos
cuando la ilustración era mi destino.
 
Cada día,
con frío o  lluvia,te  he cruzado;
con las alegrías y el entusiasmo
que procura la inocencia.
 
Cuantas cuitas tendrás en tu memoria,
hecha de hierro, ladrillo y granito.
Cuantas risas  recogidas  en tus muros
de tantos adolescentes que subían inquietos,
  a lo que ellos  asumían; al cadalso.
 
Ese Instituto, Bárbara de Braganza,
 esperando que, cada día,
con sus viejos  pupitres
nuestra  erudición se acrecentara.

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