lunes, 18 de octubre de 2010

EL DESMADRE CONSUMISTA

Se necesitan tres Españas para soportar nuestro ritmo de vida

La población mundial vive más allá de los límites de la Tierra y utiliza el equivalente a 1,5 planetas para cubrir sus necesidades.

Redacción, 14 de octubre de 2010 a las 08:58

La capacidad de carga del planeta es un término que se acuñó a finales de los años 60 para definir el límite de un ecosistema natural para absorber impactos o soportar un determinado uso.

De ella se deriva un indicador de carácter global, la llamada «huella ecológica», esto es, el territorio necesario para producir los recursos que el hombre necesita y para asimilar los residuos que genera. Y las hectáreas necesarias para mantener a un solo español ascienden ya a 5,4.

Explica Araceli Acosta en ABC que estos números no dejarían de ser precisamente eso si no fuera porque la «biocapacidad» (la capacidad de carga y regeneración) de nuestro territorio para abastecernos y para «absorber» nuestros residuos es sólo de 1,6 hectáreas por persona, según los resultados (referidos a 2007) del informe Planeta Vivo, elaborado por WWF, la Red de la Huella Global y la Sociedad Zoológica de Londres.

Por tanto, estamos superando el nivel considerado sostenible porque consumimos más de lo que tenemos. Tanto es así que la población española necesitaría a día de hoy 3,5 Españas para satisfacer la demanda de recursos y para absorber el CO2 emitido.

O lo que es lo mismo: nuestro país consume y contamina tres veces por encima de su «capacidad biológica».



Esto nos sitúa en el puesto número 19 de entre los países con mayor huella ecológica global (se han analizado unos 200 países), pero en cambio estamos en el lugar 71 en cuanto a biocapacidad.

No obstante, como explica Miguel Ángel Valladares, de WWF, «España ha mejorado algo, puesto que en el anterior informe (con datos de 2005) se aupó hasta el puesto 12 entre los de mayor huella ecológica».

Hemos mejorado también en la huella hídrica (demanda de agua que hay detrás de todo lo que consumimos, por ejemplo, 200 litros detrás de un café), pasando del puesto número 10 al 25.

Si nos comparamos con los países de nuestro entorno, España es el séptimo país europeo con mayor déficit ecológico, por detrás de Bélgica, Chipre, Malta, Holanda, Macedonia e Italia.

Más allá de nuestras fronteras, el informe pone de manifiesto la constante tendencia de pérdida de biodiversidad que se mantiene desde los años 70, como recordó Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF.

Así, el Índice Planeta Vivo, que mide la tendencia de la biodiversidad a partir del estudio de 8.000 poblaciones de 2.500 especies, arroja un descenso del 30% en los últimos 40 años, sobre todo en zonas tropicales, mientras nuestra huella en el planeta no para de crecer, un 50% desde 1966.

Sin capacidad regenerativa

En estos momentos el consumo mundial de recursos ha superado tanto la capacidad regenerativa de la Tierra que se necesitan 1,5 años para regenerar los recursos utilizados sólo en el año 2007.

Dicho de otra forma, la población mundial utilizó el equivalente a 1,5 planetas en 2007 para sostener sus actividades. En este sentido, el informe advierte que si se continúa con la actual gestión, la humanidad necesitaría dos planetas en 2030 y casi tres en 2050.

Si en este ránking de huella ecológica España ocupa el puesto 19, el primer puesto es para los Emiratos Árabes Unidos. Como explica Del Olmo, si toda la humanidad viviera como un ciudadano medio de ese país harían falta 4,5 planetas para mantenernos en la actualidad.

En segundo lugar se sitúa Qatar, y le siguen Dinamarca, Bélgica y Estados Unidos. Unos puestos de cabeza que eran previsibles pues los países con mayores ingresos tienen una huella cinco veces mayor que los de bajos ingresos.

Así, por ejemplo, un ciudadano indio cubre sus necesidades con 0,8 hectáreas, frente a las 10 de uno de Qatar o las ocho de un estadounidense.

Uno de los factores que más influye en la presión sobre el planeta es la huella de carbono, por lo que habría que modificar nuestro modelo energético y basarlo en fuentes renovables.

Pero el informe también apunta a que habría que cambiar nuestra dieta alimenticia. Cuanta menos carne y productos lácteos consumamos menos tierra deberemos transformar para ello y la huella ecológica del planeta se reduciría un 35%.

Fuente: http://www.periodistadigital.com/ciencia/medioambiente/2010/10/14/agua-sequia-necesitan-tres-espanas-medio-soportar-nuestro-ritmo-ambiente-vida.shtml

martes, 12 de octubre de 2010

SAN VALENTIN

SAN VALENTIN...



Julia trasteaba en la tienda de flores. Era un día muy especial y tenia mucho trabajo.

Tenía que terminar 3 coronas mortuorias y no hacía más que estar en el despacho atendiendo a hombres despistados

para preparar algún ramo de flores o algún centro.

Algunos se conformaban con las orquídeas que se habían recibido para este día, menos mal-pensaba Julia. Ya venían

preparadas y solo era envolver de regalo y el lacito mono y listo.

Lo horrible eran esos engorrosos encargos de personas que no sabían bien que regalarle a su pareja y enredaban y preguntaban

etc., Con lo mal que ella estaba.

Había roto con su novio hacia mes y medio. Él, un día, salió del piso que compartían y a las dos horas recibió un mensaje al móvil diciendo "ME VOY, NO HAY VUELTA, ME SIENTO AGOBIADO. YA TE LLAMARE" y hasta hoy. Su madre vino a por sus cosas y no sabía decirme de la actitud de su hijo.

Aún no se había repuesto. La vida era extraña, pones todo tu interés y tu vida en una persona y sin venir a cuento, dice; ADIOS. Eso cuando lo dice.

En esas estaba Julia, dolida y asqueada de tanta palabrería vacía que veía en esos hombres que se acercaban a por un ramo de flores para;¿.lavar su conciencia?. ¿ querían a sus mujeres? o, simplemente, era un detalle que requería el día y que había que esforzarse por aparentar algo que no sentían?

Estaba realmente confundida, en una plena batalla en la que creer en el amor o pensar que todo era una simple pantomima

De todos modos, ella estaba perdidamente enamorada de Miguel, pero ahora tenía un sentir entre amargo y ácido hacia, no sólo él, sino hacia todos los hombres que la miraban. Era miedo. Mucho miedo.

Entró un señor a la tienda. Su cara agradable, pero parecía un poco perdido.

Julia se pensó, otro que no sabe qué hacer, y yo con las coronas sin empezar, veras como me tengo que quedar sin comer para terminarlas.

-Que desea?- le preguntó al señor despistado con cara agradable.

- Señorita, deseo el mejor ramo de flores que usted pueda hacer.

-Tiene alguna idea?

-Creo que usted tiene más idea que yo sobre eso, lo dejo a su elección. Estoy seguro que si busca en las flores que más le gusten, encontrará una buena composición. Su alma denota gran sensibilidad así que, como si fuera para usted. Si me permite.

-Haré lo que pueda..tenemos flores preciosas para este día.

El señor esperó paciente mirando los catálogos en el mostrador, mientras Julia hacia en la trastienda el ramo.

Julia miraba, a través del cristal que separaba la trastienda con la tienda, la actitud del señor agradable y despistado.

Ese señor le producía ternura y un sentimiento extraño que hacía no sentía. Una sensación como cuando estaba con su abuela, en los días de invierno al brasero, y ella hacía los deberes del colegio y su abuela la ayudaba con cariño.

-Aquí está. Le gusta? -dijo Julia poniendo el ramo encima del mostrador.

-Precioso...es inigualable. - Dijo el señor agradable-despistado. Creo que es digno de una princesa.

-Princesa, pensó Julia- cuanto tiempo que no oía aquella palabra con ese tono. No recordaba a quien se la escuchaba decir, pero le era familiar.

-Me permite una tarjeta en blanco? He de poner una nota.

-Claro señor, tome. -alargándole Julia una tarjeta con su sobre correspondiente.

-Dígame que le debo mientras, por favor.

-Son 75 euros.

El señor agradable ligeramente despistado sacó de su cartera 80 euros y los entregó a Julia diciéndole que se quedara con el cambio.

Escribió unas letras y las puso con delicadeza entre el ramo.

Al ponerlo Julia vio una sortija que le parecía conocida en el dedo meñique. No supo distinguir el anagrama. Era como la de su tío.

El señor cogió el ramo y le dijo: Julia, es para tí.

En ese mismo momento el señor se desvaneció, como si no hubiera existido.

Julia se quedó sin aliento. Se restregó los ojos y miró la caja. Tenía 80 euros marcados, registrados y contabilizó que estaban.

El ramo estaba allí. Miro la nota.” NUNCA DEJES DE TENER ESPERANZA, PRINCESA” decía la nota.

Creía morir. No sabía nada. Que era aquello?

Reaccionó, llamó a su madre por tlf.

-Mamá tengo algo que preguntarte.

-Dime hija.

-Mamá el anillo de tío Antonio que significa?

-Hija es un anillo de familia, lo hereda el varón mayor de la familia. Tío Antonio me sigue a mí. Por qué lo dices?

-Mamá un señor....bueno, ya te lo cuento aún no se qué decir.

-Pero hija, que te ocurre, te pasa algo?

-No mamá. Voy para casa y te cuento.

-Pero hija el día de hoy y vas a cerrar? son las 12.

-Si mamá estoy ahí en unos minutos.

Julia cogió el ramo, cerró y puso un cartel; vuelvo a las 12,20. disculpen las molestias

Llego a su casa y le dijo a su madre...mira y lee.

" NUNCA DEJES DE TENER ESPERANZA PRINCESA



Hija....es la letra del abuelo Y su rúbrica y él te llamaba princesa, como me decía a mí de pequeña.

Julia le contó a su madre lo que había sucedido. Se abrazaron, lloraron. Estaban atónitas. El anillo que describía Julia era el escudo de la familia. El anillo que por derecho había heredado Antonio.

Julia entro al baño, se refrescó la cara se miró al espejo y se dijo. SOY UNA PRINCESA Y TENGO DERECHO A UN PRINCIPE.

Se arregló el pelo se puso un poco de rimmel y se bajó a la floristería, aun quedaban coronas y algún hombre enamorado que se dejara caer para regalar algún detalle a su mujer.

Se sentía otra persona.