domingo, 7 de agosto de 2011

NUEVA CONCIENCIA

El cambio de conciencia y de realidad se está conformando para el humano desde hace años. La fecha prevista como álgida será en el solsticio de invierno del 2012. Para esa fecha, la mayoría de los seres humanos y los seres vivos, estarán vibrando en una frecuencia más alta. Con todo, el cambio dimensional propiamente dicho, no es cambiar de aspecto sino de actitud ante la misma vida. Habrá, aún así, porcentajes que alcancen un nivel vibratorio más alto frente a otros que subirán su nivel de una manera menos drástica, pero lo suficiente como para seguir en el planeta.


Nos podemos dar cuenta de cambios que promueven los jóvenes. Se pide un cambio radical de actitud sociológica y económica para una convivencia más acorde con la realidad que nos va a tocar vivir. Estos jóvenes son los que empezaron a nacer -y llamados índigos - en la década de los 80. Los que vendrían con la conciencia del cambio, por ello ahora luchan contra un sis-tema caduco para lo que ha de venir. Esa conciencia índigo, de la que tanto se habla, siempre ha habido en muchos seres que vinieron en otras épocas. Esos seres que, en su momento, hicieron algo por el cambio de la sociedad de algún modo. Recordemos que el bien y el mal, tal como lo conocemos, es una misma fuerza vibrando de un modo u otro, pero que llevan al mismo punto. Todos estamos abocados a llegar al UNO.

También las religiones dogmáticas, en las que las jerarquías son las que mueven a la masa, están destinadas a desaparecer, porque, el ser humano es dueño de su conciencia y de su responsabilidad. Hemos tenido muchos Maestros que vinieron a dar una pauta de comportamiento y de una actitud amorosa con el entorno y, sobre todo, ponderando el respeto por encima de cualquier cosa. Los humanos somos los que, en vez de haber integrado el mensaje, a veces, nos hemos quedado con la adoración del mensajero. De éste modo dejábamos la respon-sabilidad de nuestra propia evolución en manos de seres intangibles, quizás por comodidad o por miedo. Miedo que todas las religiones han propiciado para, de éste modo, tener a los creyentes subordinados a unas creencias de dependencia.

Ya somos “mayores de edad” por lo cual la dependencia de otros seres o de mensajeros que nos den pautas de conductas está obsoleta. Tengamos la conciencia de que somos parte del UNO o DIOS o como cada cual quiera llamar al PRINCIPIO CREADOR y comencemos a crear nuestra propia existencia desde el AMOR Y LA CONCIENCIA.

M.V.

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