( para Concha, mi hermana)Displicentemente, y de una manera lejana, escuchaba el sonido de la lluvia que golpeaba con fuerza en la persiana de la ventana de mi habitación.
Era como un torbellino de piedras que pugnaran por llegar a un blanco cierto y que invitaban a entrar en un trance mayor.
En un estado de duermevela y que, iniciaba la vigilia con inusual pereza, recordaba, con nitidez, el sueño que había “vivido” en aquella noche.
Soñé con un ave que, con lucha y esfuerzos, después de muchas vicisitudes consiguiera remontar el vuelo. Un ave herida y casi sin fuerzas, pero eso sí, con VOLUNTAD.
En ese recuerdo vago-real-irreal, sentía admiración por esa ave del sueño. Admiraba su voluntad y persistencia a conseguir su propósito, a pesar de la inconveniencia de su estado físico.
Al final consiguió elevar su vuelo y perderse en el cenit.
Tal vez, y aunque sabía que el sueño era más rico en mensajes, lo importante fuera eso.
Con la mente recreándose en esa valiente ave y su logro, decidí levantarme.
El día se presentaba duro en el trabajo, así que, mientras antes me acoplara al mundo “real”, tanto mejor.
Voy al baño. Me lavo la cara y, al secármela, miro al espejo y veo la cara de una gaviota.¡El ave del sueño!
En ese momento se agolpa todo el recuerdo del sueño con las vívidas imágenes y me pregunto que, si soy yo simbólicamente la gaviota; ¿que he de hacer para levantar el vuelo?
Decido volver a la cama con la intención de retomar el sueño y que éste me dé la pauta. Pero el hemisferio izquierdo ya ha tomado posesión y comienzo a analizar.
Pero, de manera curiosa, estoy comenzando a enlazar relatos del sueño con mi vida actual.Realmente me veo incapaz de realizar cosas que no sean las meramente rutinarias. Se me ha bloqueado la capacidad de inventiva y perspectiva de la vida.
Sigo analizando y reconozco que, como profesional, puedo estar satisfecha de mi hacer. Como ser humano con unos valores éticos y morales en equilibrio, pero emocionalmente estoy perdida …… herida.
Sigo sin saber enderezarme para remontar el vuelo que me permitiría ir más allá de lo rutinario de mi quehacer diario y alcanzar lo que mi alma anhela. Algo que me haga estremecer de ansia por seguir enalteciendo mi experiencia vital.
Me planteo, entonces, que estoy buscando en la vida. En ese momento comprendo que, hasta ahora, fui cuasi un “zombi” al que la sociedad marca su ritmo de existencia.
Pero, BASTA! Eso no es lo real, pensaba.
Pero; ¿ Qué es lo real?
¿Qué debo hacer?
¿Cómo transformar esa vida anodina en una vida plena? He ahí el dilema. He de remontar el vuelo como sea. Soy la gaviota herida que debe izar el vuelo para conseguir su LIBERTAD
….
Y TÚ, ¿ TIENES UN ESPEJO?